Un viejo cuadro oxidado.
Hace unas semanas vino Thais para que le pintásemos su bicicleta.
Como podéis ver en las fotos de la bicicleta, la pobre no estaba en muy buen estado. Había sido repintada con spray y llevaba adhesivos varios. Si a eso le sumamos el óxido que aparecía por diferentes puntos, estaba claro que necesitaba una limpieza de cara.
Manos a la obra.
Thais se puso a decidir color, un verde apagado metalizado pero además nos comentó que le gustaría tener algún detalle en el cuadro pero nada que lo sobrecargase en exceso.
Para pintar el cuadro, empezamos por quitar la pintura vieja. Se puede optar por arenar o decapar. En este caso decapamos el cuadro.
Como puedes ver el producto actúa sobre la pintura y va creando ese efecto rugoso. Dejándolo actuar el tiempo suficiente podremos retirar la pintura ayudándonos de espátulas y cepillos metálicos.
Aquí tienes la foto para que veas cómo queda después de realizar el decapado y lijado.
Imprimando el cuadro.
Si queremos que todo nuestro trabajo no se vaya al traste, necesitaremos imprimar la bicicleta. Es necesario darle una imprimación al metal tanto para protegerlo contra el óxido como para que la pintura agarre mejor.
Utilizamos una imprimación epoxi, la cual es bastante gruesa y por lo tanto también nos ayuda a que quede la superficie igualada.
Con la imprimación seca, lijamos todo el cuadro para rectificar pequeños fallos y para abrir el poro antes de pintar.
Por fín: El momento de pintar.
En primer lugar y con el color elegido por Thais, pintamos toda la bici de un color.
Enseguida que el color queda seco, nos ponemos a enmascarar todas las partes que queremos que queden sin pintar.
En la horquilla también hemos decidido hacer degradados y repetir las dos líneas del tubo sobre el pedalier.
Para estos degradados oscurecimos el color base de la bicicleta para no romper con su armonía cromática.
Y por último: LACADO.
Y como no hay dos sin tres, si tenemos un buen trabajo de pintura pero no le damos la protección que necesita no nos durará sin rasguños ni 2 minutos.
Es el momento de meter la bici en la cabina de pintura y lacar para darle la máxima protección y brillo… mucho brillo.
EL RESULTADO
Nos hemos quedado muy contentos con el resultado de este trabajo. Una bicicleta devuelta a la vida con un acabado elegante y sobrio.
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